Mi nombre es Rubén y soy un gran fan del baloncesto.

Me aficioné a este maravilloso deporte cuando en mi colegio regalaban entradas para poder ver los partidos del equipo de mi ciudad. De esto hace ya bastantes años. A partir de ahí, mi amor por este deporte no ha hecho más que crecer.

Con la llegada de Pau Gasol a la NBA, todo cambió. Más que un hobby, el baloncesto se convirtió para mi en una filosofía de vida. Un compañero que nunca me abandonará. Mi refugio para levantar los ánimos en los malos momentos. De mucho de esto tiene la culpa el gran Andrés Montes.

Con el paso de los años, este deporte me ha traído muchas alegrías, aunque también alguna tristeza. A lo largo del camino me ha permitido conocer a gente maravillosa de todas partes de España, y gracias a Internet, incluso de otras partes del mundo. Muchos de ellos son actualmente grandes amigos en mi vida.

Con algunos de ellos se inició el proyecto de NBA Dream, el sueño americano, allá por 2015. Nació como un podcast de baloncesto donde exponer nuestras opiniones sobre el mundo NBA, de un modo distendido y ameno. De este modo, pudimos compartir nuestra pasión con muchos otros locos de la canasta como nosotros, a la vez que nos metíamos en un mundo nuevo totalmente por descubrir.

Actualmente, en 2021, el día a día de cada uno ha hecho más difícil esa labor. Pero la llama siempre estuvo ahí. Por eso he creado esta web en solitario, para seguir difundiendo el gusanillo del baloncesto «a mi manera». Soy consciente de que no soy un profesional, simplemente me gusta escribir y analizar, y con este nuevo proyecto de NBA Dream es lo que pretendo. Plasmar mis opiniones sobre el mundo de la canasta, compartirlas con vosotros y, por supuesto, debatir de lo que más nos gusta.

También hay espacio para el mundo «out of basket». Me podréis conocer mejor, porque hay hueco para el cine, las series, el anime, los videojuegos, los viajes, la música y hasta la cocina. NBA Dream es en su esencia baloncesto, pero también soy yo, Rubén. Ojalá me acompañes en este maravilloso viaje.

Y recuerda, «la vida puede ser maravillosa».

Rubén