Gracias eternas, FAMILIA
No tenía pensado hacerlo, pero aquí estoy, delante del ordenador. Por mi forma de ser, muchas veces necesito escribir para sacar afuera los sentimientos que me fluyen con fuerza por dentro. Hemos perdido, sí. La sensación de vacío es alarmante, y no es para menos. No por la derrota en unos cuartos de final de unos Juegos Olímpicos, sino por el fin de una era, un ciclo. Algo así como cuando se acaba el colegio, la universidad, o tu etapa en un trabajo donde has estado muy a gusto durante años. Como cuando terminas una relación larga. O lamentablemente pierdes a alguien. En definitiva, la sensación de que es algo que ha pasado y no va a volver nunca más. Ese es el poso que queda con la derrota de hoy de la selección española de baloncesto. Pero dejando a un lado la tristeza, me entra una necesidad imperiosa de dar las gracias. Agradecimiento a esta generación de jugadores que durante casi 20 años nos han dado continuas alegrías, nos han hecho vibrar como nadie con el deporte, con nuestro ba-lon-ces-to, como decía Pepu Hernández. Sentimiento que podría haber aflorado mucho antes, ya que no es la primera vez que vemos como se retiran grandes referentes de nuestro baloncesto. Raül López y su magia. El pegamento Carlos Jiménez. Los triples y ritual de tiros libres de Jorge Garbajosa.…