Un nuevo fenómeno de masas ha llegado a nuestras vidas, y una vez más, de la mano de Netflix. Vaya por delante que suelo resistirme a estas corrientes de modas repentinas, cuando todo el mundo empieza a hablar del mismo tema, y que si no has visto la serie o no estás enterado al momento, socialmente «estás fuera». Me generan cierto rechazo de primeras, pero no por ello hay que dejar de darles una oportunidad. Siempre es mejor testar las cosas por ti mismo, que nadie te lo cuente, y elaborarte tu propia opinión al respecto.
Por ese motivo comencé a ver «El juego del calamar», la serie de moda de la que todos hablan. Una vez finalizada, tengo que decir que sinceramente merece mucho la pena. Quizás para muchos este género sea nuevo e incluso impactante, pero para los que ya peinamos alguna cana no lo es. Allá por el año 2000 se estrenaba en Japón «Battle Royale», película que terminó dando nombre al género, basada en una novela del mismo nombre y considerada de culto tras el éxito cosechado un año antes. Grosso modo, narra la historia de un grupo de estudiantes que tiene que matarse entre sí. Si me permitís un consejo, darle una oportunidad, pero no veáis la segunda parte por favor.
Más tarde aparecieron «Los juegos del hambre», americanizando un poco el producto. Más actual, «Alice in Borderland», basada en un manga del mismo nombre, siendo también una producción oriental de Netflix. En definitiva, no es un género tan excesivamente nuevo. Al final, todos los productos que he comentado pivotan bajo el mismo punto: la supervivencia y un extra de sangre, especialmente en las que son de origen asiático.
Historia y personajes
Sin hacer spoiler, «El juego del calamar» narra la historia de una serie de personajes con perfiles muy determinados a los que la vida no les está sonriendo y necesitan dinero. Por ello, deciden participar en una serie de juegos por motu propio, sin ser obligados, intentando vencer y llevarse el premio. Los juegos están basados en la infancia de Corea (y de muchos otros países), siendo el definitivo «El juego del calamar», el más agresivo de todos.
Como os comentaba, los personajes son de lo más variopinto, muy estereotipados pero necesarios en la trama. Pese a que la cultura oriental tira de otro tipo de recursos interpretativos, que en muchos casos no hacen a los actores tan expresivos, creo que consiguen que empatices de lleno con sus historias. Os presento a los principales a través de sus números, ya que no me atrevo con el coreano (aún):
#001 – Un pobre anciano terminal que busca revivir su infancia y su vida a través de los juegos.
#067 – La guapa carterista, interesante, cortante y callada. Viene de Corea del Norte buscando una vida mejor.
#101 – El malote mafioso, abusón, que en el fondo es un cobarde.
#199 – El inmigrante explotado que solo lucha por dar una mejor vida a su familia.
#212 – Una mujer muy intensita que solo busca ser aceptada.
#218 – El chico inteligente de barrio humilde que llegó lejos … y lo perdió todo.
#456 – El prota. Ludópata, mal padre, vive con su madre … y sin un duro.
El líder del cotarro enmascarado. Va de negro.
El poli heróico que busca indagar en la trama en solitario. Dicen algunas que es guaperas.
Reflexiones
«El juego del calamar» consta de 9 episodios a través de los cuáles se nos plantean diferentes dilemas morales. Bajo mi punto de vista, todo se centra en la eterna dicotomía entre hombre rico y hombre pobre, y de lo que es capaz de hacer una persona en situaciones desesperadas por salir adelante. Trasladado a nuestra realidad, no es algo que diste mucho de lo que sucede en muchos puntos de nuetro planeta. La necesidad de dinero o simplemente de sobrevivir, cambia a las personas. Saca nuestro «otro yo». También se puede constatar la sútil manipulación a la que estamos sometidos por la gente que ostenta el poder, y no solo a nivel político, sino también a nivel empresarial. Es por eso, que haciendo esta reflexión, la serie puede asustar.
Pero no solo se queda ahí. «El juego del calamar» trata temas tan variopintos como la familia, la amistad, la ludopatía, el abuso, la mafia, la inmigración… Un compendio de subtramas que te mantienen enganchado de principio a fin.
Finalmente me tengo que quedar con la reflexión más interna de cada uno, que simplemente es la de si los seres humano somos buenas personas, tenemos valores, empatía … o sin embargo somos máquinas de matar que estamos destrozando todo, no solo el planeta, sino también la vida de los demás según nuestro status social o posición de poder en el trabajo, relaciones… Creo que al final la moraleja que deja la serie, entre otras cosas, es que nos preguntemos si somos buenos o malos. Y que sea lo que sea lo que hayamos elegido, nuestra conciencia pueda estar tranquila con ello. Así de simple.
¿Habrá 2ª Temporada?
No se sabe. Con el «boom» mundial que está siendo, es factible, pero cuidado, su creador Hwang Dong-hyuk ha comentado en alguna entrevista que le llevó alrededor de 10 años sacar un producto tan redondo. Ha tenido mucho desgaste y no se ve con fuerzas de hacerla. Otra cosa es que Netflix coja las riendas para continuar la gallina de los huevos de oro…
Bonus track
Si te ha gustado la serie, te recomiendo complementaria con el trabajo que han realizado otras personas alrededor de ella. Es una práctica que vengo haciendo últimamente, que me recuerda un poco a «comentar la jugada con tus amigos», intercambiando puntos de vista sobre cualquier tema.
En esta ocasión, te aconsejo que veas (y si te gustan, les sigas) estos vídeos de creadores de contenido de YouTube.
Para un punto de vista global, resumen y teorías, en primer lugar te recomiendo este vídeo de Maestro Ciego, uno de mis YouTubers de cabecera en lo que a series y cine se refiere.
Si en cambio quieres una visión de la serie desde el punto de vista de la simbología, me ha gustado especialmente este vídeo de Fatty Martín.
Por último, seguro que la serie te ha hecho pensar. Si tienes inquietudes más profundas sobre los paradigmas que plantea, te recomiendo que veas el siguiente video de Claudia Nicolasa, que ahonda en la psicología de la serie. Yo la conocí en su día por un perfil muy interesante que hizo sobre Thomas Shelby («Peaky Blinders») y la verdad, me parecen muy buenas sus reflexiones.